La cuestión existencial
sale a flote en la penuria de tu vida.
No hay culpables,
y seguís porfiando
el azar misterioso
del destino que escogiste.
La liturgia de tus noches trae consigo
sonámbulos que secuestran la consciencia,
latidos susurrando al oído
muros desesperados que suplican ayuda
sombras que opacan tu rumbo
espías que te inventas.
Peste de dolor
piélago de angustia
vestigio sin sentido
¿en tierra de quién?
Sos huérfano con la esperanza marchita
aterrado con las ideas
que amortiguan las palabras.
Es hora de arrancar el estiércol
que asfixia tus raíces.
Más ...
sería un suicidio.
Plática
Con un sólo momento de sosiego
quizás
te alcance en mis adentros.
La vista se marchita
mientras el relieve
sumiso entre la multitud
sede.
Incesante el auxilio
que en mis tejidos impera.
Cobarde como el aullido
que la noche alimenta.
Mientras te platico.
Sal pronto,
que la niebla es densa.
La Condena
La visión atormenta el recuerdo,
y cala un tributo en la memoria
irascible
exigiendo libertad.
Las pulsaciones viajan con la luz
a través del cuerpo impune
velando una noche de domingo.
Los ecos no descansarán
hasta que la culpa cese de mirarnos.
Y ese vulgar tic tac
continuará arañando
después de que el lobo
desgarre a su presa.
Désolée
Hoy quisiera escribir de cualquier cosa
y sin embargo me limito
en simplezas.
Hoy quisiera que mis palabras
rielaran en tus venas
y mi voz agudizara tu acento
hasta convertirse en uno solo.
Quisiera tener la dicha
de halagar algún rincón de tus adentros
y ser huésped especial en ti.
Mas hoy las sílabas no cantan a mi oído
y se han enemistado con la pluma.
Hoy
me diluyo en estas líneas
y lo siento.
Yalile Tabash
Obras: George Grosz, Suicide. Irene Morack, La Espera. Dalí, La Persistencia de la Memoria. Klimt, Garden Flower.
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