Spem magnam in rebus adversis semper adhibeo

viernes, 23 de abril de 2010

Van Eyck fuit hic


Contemporáneo al Quattrocento, en la zona de Los Flandes y hace ya muchísimo tiempo se comenzó a desarrollar el arte de los primitivos flamencos, quienes ademàs de haber inventado el óleo, guardaban ciertos elementos medievales en sus composiciones (figuras alargadas, usos de dorado e introducción de textos) y a su vez, presentaban un gusto por el detalle, el lujo y el simbolismo extraordinario.
Jan Van Eyck, quien es uno de mis favoritos, evidencia lo anterior en la mayoría de sus obras. En el Matrimonio Arnolfini, se cuenta, entre algunas cosas, que Van Eyck recrea un contrato conyugal, tan frecuente en aquella época, y en esta ocasión entre un italiano y una mujer de Los Flandes, la que por su pinta, se presume embarazada. Dicen que la alcohoba roja hace alusión al cuarto rojo del Cantar de los Cantares, las sandalias sin uso al episodio del Éxodo donde Dios le dice a Moisés que se quite las sandalias porque está en tierra santa y el perrito como es bien sabido, es todo un ícono de la fidelidad incondicional y en este caso en particular de aquella que pretende u aspira la unión matrimonial.

La representación tan minuciosa y detallada del espejo que se encuentra al fondo de la obra es realmente incomparable: además de representar la imagen que de los novios refleja el espejo, arriba del mismo dice “Jan Van Eyck fuit hic”… señal de que la autoría creativa empezaba a tomar importancia en un momento en donde el artista era visto simplemente como un artesano y nada más. Abajo de dicha inscripción, en forma de cadena circular se puede ver toda la pasión de Cristo representada muy minusiosamente. Bravo!

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